Joaquín Sabina es uno de los artistas más icónicos de la música de España. Lector voraz, coleccionista por vocación y aficionado al mundo taurino, el cantante ha cultivado una personalidad que se ve reflejada en su extravagante piso situado en Madrid, donde lleva consigo sus tesoros más preciados.
Cuando se encuentra en Madrid y no está enfocado en sus giras de conciertos, Joaquín Sabina vive en un micromundo de lo más particular. Se trata de un hogar en el que el esposo de Jimena Coronado ha vivido durante los últimos treinta años. Gracias a un reportaje en el que le permitió el acceso a la prensa dentro de su refugio hace algunos años, se han podido conocer los rincones más llamativos de su casa.
Entre los detalles que más ha llamado la atención, se encontraba un dibujo que le ha dedicado su amigo Rafael Alberti que ha ubicado sobre su chimenea, además de diversas antigüedades y objetos de hojalata de su colección. La simbología religiosa también está muy presente en todos los ambientes del hogar de Joaquín Sabina. Por supuesto, en sus instalaciones no pueden faltar una nutrida biblioteca e instrumentos musicales: un piano y varias guitarras acústicas.
Su devoción por la tauromaquia también se refleja en el piso de Joaquín Sabina: la mesa de su living, donde suele escribir sus letras, es un capote de Manolete que tiene por encima un cristal protector. El autor de '500 días y 500 noches' tiene otro capote de José Tomás en la mesa central del comedor.
Joaquín Sabina ofrece un registro único
Sus paredes pintadas con un estridente color azul combinado con tonos anaranjados y dorados, remite a una estética próxima a la zona de México. "Tengo espíritu de chamarilero, me gusta coleccionar objetos que a menudo no tienen ningún valor, pero sí alma", declaró Sabina al explicar cómo ha decorado su hogar. Las imágenes han resultado una evidencia única del singular entorno en el que vive el legendario cantautor.