Uno de los momentos más oscuros en la vida de Isabel Pantoja fue su paso por la cárcel cuando fue encontrada culpable en el Caso Malaya. En 2016 recuperó su libertad y continuó con su carrera, pero en 2020 regresó ese fantasma. La artista fue denunciada por un delito de insolvencia punible por la venta de Mi Gitana, lugar en el que vivió con Julián Muñoz. El fiscal no sólo pidió que pague ciertas sumas de dinero, sino también una pena de tres años de prisión.
Este martes 22 de marzo, Isabel Pantoja está citada a declarar, a pesar de todos sus intentos para evitarlo. Una opción era vender la totalidad del ático de Fuengirola para obtener liquidez y pagarle a Hacienda, pero no lo ha conseguido. Por otro lado, la artista intentó retrasar la instancia judicial alegando que padecía problemas psicológicos, algo de lo que habló su hija Chabelita en televisión. Sin embargo, mañana deberá presentarse en el Juzgado de lo penal número 5 de Málaga.
Isabel Pantoja deberá enfrentar un juicio penal, fue demandada por la entidad Hormofer, S.L. En un comienzo, los delitos eran alzamiento de bienes, insolvencia punible, estafa y apropiación indebida. Pero gracias al trabajo de sus abogados, sólo deberá defenderse de la insolvencia punible. Entre sus estrategias para evitar la instancia legal, la tonadillera había intentado hacer responsable de sus finanzas sólo a su hermano Agustín.
Sin embargo, Agustín aún no estaba a cargo de su economía en las fechas por las que fue acusada Isabel Pantoja, en esa época ella era la única apoderada. Además de los tres años de prisión, la artista puede ser condenada a pagar 11.000 euros de multa y otros 114.000 euros de indemnización. La cantante les pidió a sus abogados que lleguen a un acuerdo extrajudicial, pero todo indicaría que deberá presentarse igual a declarar. Por lo tanto, está obligada a dejar Cantora.